Caracteristicas de la literatura culta en la edad media

La alegoría y el simbolismo eran recursos habituales para transmitir mensajes complejos. La métrica y la rima eran elementos esenciales para la belleza formal de los textos. Personajes, lugares y objetos adquirían un significado simbólico. La musicalidad y el ritmo eran importantes para la recitación pública de las obras.

Se caracterizaba por un elevado nivel de erudición y un uso consciente de la retórica. El objetivo era elevar el espíritu y acercar al hombre a la verdad divina. El uso de la alegoría era frecuente para representar conceptos abstractos. La caligrafía era cuidada y las ilustraciones eran frecuentes.

Estas obras en lengua romance buscaban llegar a un público más amplio.

Se utilizaban figuras retóricas como la metáfora, la alegoría y la hipérbole. Los temas religiosos, filosóficos y científicos predominaban en sus contenidos. La importancia de la autoridad era incuestionable en esta época. La retórica jugaba un papel crucial en la construcción del discurso literario.

La literatura culta medieval se nutría de fuentes clásicas latinas y griegas, adaptándolas a un contexto cristiano. La importancia residía en el contenido y la función del texto, no en la individualidad del creador. La conciencia de autoría no siempre estaba presente en la literatura culta.

Estos libros eran elaborados a mano por monjes copistas. Se buscaba transmitir mensajes morales y espirituales a través de la narrativa. Esto se reflejaba en el uso de complejos recursos estilísticos y una cuidada selección del vocabulario. Los autores, clérigos y miembros de la nobleza, buscaban la perfección formal en sus obras.

La influencia de la Iglesia era omnipresente en la literatura culta. Se utilizaban versos regulares y estrofas elaboradas, siguiendo modelos clásicos.